Lecciones importantes de vida y de negocio que he tardado 10 años en aprender
Ya lo he dich en más de una ocasión. Aunque una parte de mi todavía tenga la sensación de ser un estudiante de 25 años tiene sus ventajas haber pasado la barrera de los 40 años. No siempre es asi. Cuando salgo a correr el fin de semana a veces se me pasa por la cabeza si 10 años atrás también me costaba tanto pero ese pensamiento desaparece rápidamente cuando llego a casa y tengo una vez más esa satisfacción de haber superado el dolor.
Mi vida es eso. Un mix de dolor y felicidad. Es como mi yin y mi yang. No puede haber una cosa sin la otra. En estos últimos 10 años he ido aprendiendo algunas lecciones importantes. No quisiera decir lo típico de “ojála hubiera conocido cuando tenía 25” porque es una evolución y un proceso de madurez que requiere su tiempo. Hay cosas que no se deberían acelerar. No me importa haber tardado tanto tiempo.
El viaje es lo que importa
En los últimos meses he alcanzado muchos hitos personales. Algunos no los he compartido ni por aquí. Aún asi esa sensación de haber llegado tiene una duración muy corta. Las personas necesitamos la sensación de estar en el camino, teniendo la sensación de estar cerca de la meta pero en realidad no llegar nunca. Lo importante no es llegar sino disfrutar de las vistas durante el viaje.
Ser disciplinado no es suficiente
He sido disciplinado durante toda mi vida. Es algo que no me cuesta porque tengo una parte que se obsesiona por cosas. Es una fuerza invisible que me empuja y saca de la cama todos los días de lunes a sábado a las 5.30 horas. En ocasiones incluso sin despertador. Me siento afortunado porque en vez de tener que tomar una decisión consciente todos los días yo no tengo otra opción. También puedes verlo como algo negativo pero para mi es más bien todo lo contrario. A pesar de hacerlo todo según los libros a nivel de disciplina y constancia durante años no tuve nunca el éxito esperado. Lo malo es que mi nivel de exigencia es muy alto conmigo mismo, eso igual tiene que ver con ello. Si eres disciplinado corriendo durante años en la dirección equivocada tampoco llegarás. Una cosa no implica la otra.
Suerte es un factor importante
Nunca he sido gran fan del concepto suerte porque era/soy una fánatico de la disciplina. Para mi lo de “tener suerte” era para los vagos que no estaban dispuestos de invertir el trabajo necesario. La realidad es que la suerte está con los que se lo curran una y otra vez. En los últimos 18 meses he descubierto un “sistema” (esto suena a curso) que me funciona de maravilla: trabajar para grandes empresas como consultor y reinvertir el 100% en productos para venta en Amazon. Los dos grandes contratos por cierto me los acaban de renovar por lo que puede seguir con este sistema 12-18 meses más.
El dolor es inevitable
Hay muchos que lo evitan. Yo lo busco. No tengo otra explicación para ello. Es la continúa satisfacción de superarlo lo que me aporta felicidad y satisfacción en la mida. Creo que muchas personas son infelices porque no se exigen lo suficiente. No puedes vivir una cosa sin la otra. Mi rutina matutina es “dolor” durante las primeras dos horas: madrugar, escribir, entrenar. Lo bueno es que a las 7.30 horas me siento delante de mi escritorio y empieza mi día de trabajo. El nivel de satisfacción en este punto ya es máximo. Nadie me tiene que motivar. Tengo todas las piezas que necesito para ello en mis manos.
En resumen: hago muchas de las cosas que te recomiendan en los vídeos de Youtube. Madrugar, entrenar, etc. No es cuestión de copiar estrategias o hacer lo que hagan los demás sino encontrar tu forma de hacerlo y combinarlo. El otro día aprendí que Picasso empezaba su jornada a las 11 de la mañana por lo que lo de madrugar tampoco es necesariamente algo imprescindible. Si disfrutas del camino y no te rindes llegarás tarde o temprano. En mi caso he llegado 10 años, 3 hijos y una mudanza de España a Alemania más tarde.
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