Empezar un negocio propio desde cero no es tu mejor opción

Mi vida hubiera podido haber sido muy diferente de cómo ha ido. Tenía ya un contrato firmado para hacer un doctorado en Hannover. Al final lo hice en Suiza. Ya tenía prácticamente una oferta sobre la mesa para un trabajo fijo de más de 100.000 euros netos al final de esos estudios. Opté por montar mi propia start-up en Madrid.

No funcionó y hubieramos podido haber optado por volver a Suiza que siempre era el plan B. Al final decidimos mudarnos a Alicante para seguir adelante con una segunda start-up. Esta vez sin inversión de terceros. También esta etapa acabó después de seis años y volvimos a Alemania donde empecé un proyecto grande de consultoría siguiendo adelante con todos los negocios propios de Beguerrilla. Amazon en ese momento facturaba entre 10-15k al mes.
Ser emprendedor es pocas veces una buena opción
Ese primer párrafo resume 15 años de mi vida. He vivido en ese tiempo lo que otros no viven en una vida entera. Me siento afortunado y feliz. Dudo que en algún momento eche la mirada atrás y diga “ojalá hubiera hecho…”. En ese tiempo siempre he elegido el camino más complicado. Me gustan los retos y la vía fácil no era lo mío. Dudo que este camino sea para todo el mundo. Siempre he optado por montar y construir mis propios negocios. Seguiré haciéndolo hasta que tenga 80 o más si puedo.
A mis hijos no les recomendaría seguir mis pasos. Creo que sobre todo cuando te lanzas al mundo profesional te viene mejor acumular experiencia trabajando por cuenta ajena. Siempre he subestimado la parte financiera. En mi cabeza de 25-35 años no tenía importancia el tema porque de alguna forma siempre encontraba formas de generarlo. No me ha divertido nunca el dinero pero las actividades que lo rodeaban. Me ilusiona vender un CD en Ebay aunque el beneficio en este caso ronda el euro e invierto posiblemente 20 minutos para preparar y enviar el pedido.
Emprender y más cuando eres joven es duro. No es un mundo de las mil maravillas. He tenido que sentarme en la mesa con personas a las que le tenía cariño para decirles que la empresa ya no podía pagar su salario y que por ese tenía que despedirlas. La sensación de fracaso cuando cierras una empresa es un golpe muy bajo en el estomago. Los que dicen que hay que fracasar para triunfar posiblemente no han vivido esas emociones. Hablar es barato.
Emprender con menos sufrimiento
No todo tiene que ser una montaña rusa de emociones. Los que quieran emprender no deberían apostar el “todo o nada” tal como lo hice yo en más de una ocasión. ¿Qué te impide tener un trabajo por cuenta ajena y cuando acabas trabajar en tu propio proyecto? Está claro que suena mucho mejor poder decir que eres emprendedor y 100% comprometido con tu proyecto. Hay personas que triunfan y luego los que más o menos. Estos últimos lo cuentan su historia de éxito en sus canales de Youtube para compensar la parte de ingresos que les gustaría tener en su negocio “principal”.
Cada uno hace lo que quiere pero el que busca un camino para emprender menos doloroso debería hacer las cosas en paralelo. Tener la seguridad del ingresos mensual y luego la opción de ir a por más con el propio proyecto. Puede que en un momento dado pueda tener sentido de dar el salto o igual nunca. ¿Qué tiene de malo trabajar por cuenta ajena y además vivir tu pasión de tu propio negocio? Es lo que mejor que puedes hacer desde mi punto de vista. Algún tipo de estabilidad financiera y dedicarte a lo que amas. No siempre tiene que ser una cosa u otra.
Cada persona es un mundo. Si no te gusta sufrir y quieres emprender igual es una opción a tener en cuenta.
Stay tuned.
 

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