El error de pensar que seguir tu pasión te hará rico

Con 14 o 15 años creía que iba a ser CEO de algún empresa grande en el futuro. Con 18 años viendo el estrés que estaban viviendo mis hermanos mayores me dije que en realidad no merecía la pena seguir ese camino y que podría ser una buena alternativa montar tu propia empresa.

A pesar de este cambio mental de planes seguí el camino típico de estudiante joven que aspiraba a tener un puesto de trabajo bien pagado en una de esas famosas y grandes empresas. Simplemente quisé hacerlo porque sabía que podía. Me saqué la carrera de ingeniero industrial con 24 y justo después el doctorado en empresariales. Con 28 años tenía el título de doctor. Muchos de mis amigos entonces todavía no se habían sacado la primera carrera y yo tenía tres (me saqué una más durante mi estancia de Erasmus en Francia).
Tres años antes y en paralelo a mi doctorado ya había iniciado a montar mi primera empresa. Un año antes había empezado a desarrollar un nuevo proyecto que necesitaba inversión. Tras 12 meses de búsqueda lo conseguí. Encontré a inversores que estaban dispuesto a financiar Coguan con 500.000 euros. Todo se basaba en una presentación de Powerpoint. Lo pensé entonces y lo pienso ahora. ¿Qué se habrá pensado esta gente darme esa cantidad de dinero sin tener ni idea de lo que realmente estaba haciendo?
Lo había conseguido o eso era la sensación. Estaba viviendo mi pasión de tener mi propia empresa. Un año más tarde ya eramos casi 40 personas trabajando en la start-up. ¡Una locura!
Siempre he sido una persona responsable. A pesar de que un año después de haber recibido la inversión ya se veía venir que no ibamos a poder venderla por varios millones de euros tal como lo habíamos planificado, seguí adelante. No quisé defraudar a nadie. Ni los trabajadores, ni los socios y tampoco a los inversores. Lo que empezó como pasión se había convertido en una jaula de la que ya no podía salir. Tras 5 años (de los que 4 años fueron malos) pusimos por fin freno al asunto. Fue una buena decisión y un alivio enorme.
Salté de mi primer proyecto al segundo: Quondos. Al principio era lo que no había conseguido con Coguan. Poco después empecé otra vez a construir mi propia jaula. Asumiendo la responsabilidad por todo y pensar primero en los demás en vez de mi propia familia. Los últimos dos años lo único que hacía era trabajar en el proyecto sin cobrar para pagar nóminas y solucionar temas de terceros. Al final tomé decisiones difíciles dejando el proyecto en manos mejores. Me ilusiona mucho que Quondos siga adelante sin mi. Era lo que me había deseado para el proyecto porque se lo merece.
Lo gracioso es que el dinero nunca era algo que había perseguido. Tras ver mi nómina después del primer mes con Coguan, lo primero que hice era reducir el salario un 40% porque estaba sorprendido de la nómina que había calculado un año atrás y que en realidad no me hacía falta tanto para vivir.
Siempre encontré una forma para ganar dinero pero nunca con el fin de ganar dinero. Lo primero siempre era perseguir mi pasión. Es lo que hice luego en paralelo a Quondos con Beguerrilla. Me entraron varios clientes de agencia que aportaban una buena cantidad de dinero pero no lo perseguí como debía. No era mi pasión que era el e-commerce en ese momento. Seguí mi pasión y dejé de lado por completo la parte de agencia. Mi principal argument era “no me gusta tanto…”.
Por fin un día en la cama me dí cuenta que esto de seguir la pasión no me estaba funcionando. Estaba siguiendo todos los consejos típicos de trabajar duro y ser disciplinado. No lo estaba haciendo desde ayer sino tenía mis rutinas y hábitos ya durante años pero no me estaban llevando a la tierra prometida.
Cambié el chip. “Voy a dejar de lado mi pasión y crear la base” me dije. En vez de hacer lo que me gusta, voy a hacer lo que me aporta estabilidad financiera. La mejor forma de hacerlo era desde Alemania. Por lo tanto tuvimos que tomar una decisión muy dura. Dejar el país donde me sentía en casa, donde estaba mi madre que ya tiene sus años, donde habían nacido mis tres hijos, donde tengo muchos amigos de infancia y volver hacía el lugar donde había nacido. Para mi mujer y yo fue como una derrota de que no lo habíamos conseguido. Mi padre siempre tenía este dicho. “El que vale, vale y el que no a Alemania…” Es algo que no era capaz de sacarme de la cabeza (hasta el día de hoy por cierto).
Mi día hoy consiste en un 85% en temas ajenas a mi pasión. Aun asi soy capaz de disfrutar con lo que estoy haciendo. Ahora mismo estoy creando la base que tantos años dejé de lado porque el dinero no me interesaba. Es verdad lo que la gente dice. Cuando empiezas a tener familia cambias el chip y eso es bueno. Mi conclusión es esta: la vida es tomar decisiones difíciles. No huyas de ello. Tarde o temprano acertarás. Seguir tu pasión está bien pero no pienses que es un camino seguro sino más bien todo lo contrario. Con suerte Coguan se hubiera vendido por varios millones de euros y mi historia igual hubiera sido otra. Mi camino es más común que el que es más vendible y popular (“sigue tu pasión”).
Puedes hacer las dos cosas pero con cabeza o eso al menos es mi conclusión tras perseguir durante 15 años mi pasión.

https://www.marketingguerrilla.es/el-error-de-pensar-que-seguir-tu-pasion-te-hara-rico/

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